Wednesday, March 10, 2010

Comentario, Episodio 3

Una de las cosas que me encanta sombre el trabajo con video y teatro, es que permite que los muchachos y las muchachas habitan otros cuerpos y otros mundos, encarnando sus fantasías y deseos sin tener que sufrir las consecuencias.  La historia de Keyden y Luís es un calor ejemplo de eso: adolescentes en todo el mundo tienen fantasías sobre la sexualidad: es parte de tornarse adulto, de entrar en relaciones románticas, y llegar a entender sus cuerpo de nuevas maneras.  Sabemos bien, sin embargo, cuales son los peligros de esta etapa de la vida.

Me parece que el teatro y el cine -- la representación, de modo general -- permite que los muchachos viven estas fantasías de modo artístico.  Cuando Keyden y Luís besan en la novela (y como se verá, cuando se van más allá), están haciendo lo que Lacán llama de "Travesar la fantasía," vivirla hasta su lógica conclusión: en esta caso, un embarazo y un hijo.  Viven esta fantasía dentro de la representación, lo que después les permite ganar un poco de distancia crítica, de ver si es, realmente, lo que quieren.  En episodio 9 (lo que estamos filmando ahora), se torna evidente que tanto para Luís como para David, el actor que le representa, esta fantasía de sexualidad ya no es tan vigente ni poderosa.

Creo que vemos el mismo proceso en muchas de las historias aquí: de las ladronas, de la flojera de Tristán (verán más en los próximos episodios), y en otras cosas tanto negativas como atractivas que se presentan en la novela.  También es algo que he visto con las fantasías de maldad o violencia en adolescentes que eran niños soldados en la guerra civil colombiana (la película Ruleta de la Vida) o que viven rodeados de una guerra de pandillas (Alto do Céu, en Recife, Brasil).

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